Examen de los supuestos previos y enunciado
preciso del problema
La experiencia nos dice que la mayoría de los inconvenientes y de los errores de
proyecto radican en el insuficiente esclarecimiento previo de las exigencias y en el
enunciado deficiente del problema. Lo primero que hemos de saber es lo que queremos
y lo que verdaderamente importa. El constructor tiene que saber si, en el caso en estudio, ha de ser decisivo la calidad o el precio, si ha de mejorarse la función o reducirse
el gasto, ya que la mejor solución, en cada caso, consiste en el compromiso óptimo entre
las pretensiones concurrentes.
Así, para la construcción de un prototipo habrá que investigar previamente: la
cuestión del consumo (*), las condiciones de trabajo y las exigencias especiales existentes,
y, por otra parte, el efecto alcanzable y el gasto previsible para el mismo.
La cuestión del consumo y del gasto admisible sólo puede resolverse, a menudo,
por medio de una investigación (análisis del mercado) del precio obtenible, del posible
volumen de ventas y de la calidad necesaria.
Las condiciones de trabajo y las exigencias, y también las experiencias disponibles
hasta el momento, se averiguarán convenientemente sobre el terreno, en el círculo de
usuarios.
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