En el desgaste por chorro de mineral (por ejemplo, chorro de arena), si la dirección
del chorro es vertical (fig. 2/43), la dureza del cuerpo que recibe el chorro, comprendida
entre 100 y 600 Brinell, no ejerce, sorprendentemente, casi ninguna influencia, incluso
un material más blando, como, por ejemplo, goma o acero St 37, "puede resultar más
conveniente que otro más duro, como fundición dura, metal duro fundido o vidrio.
Por el contrario, si el chorro es tangencial (fig. 2/44), el material más duro es siempre
mucho más resistente al desgaste. También resulta favorable formar una capa protectora constituida por el material del chorro como recubrimiento.
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