Los modelos están indicados no sólo para convencer a su vista a los demás, sino
también para aclarar multitud de problemas constructivos. Como tales se utilizan:
1. Modelos funcionales, por ejemplo, de cartón, madera, metal o plexiglás, a fin
de dilucidar los procesos cinemáticos, o de goma, si se quieren estudiar en ellos las
deformaciones y deducir conclusiones acerca de la repartición de las tensiones. En procesos bidimensionales bastan los modelos planos sencillos.
2. Modelos formales, para estudiar la distribución espacial o el efecto conjunto;
para examinar el curso de la forma o las penetraciones o el efecto de los refuerzos, y para
determinar la posición de un centro de gravedad. Se construyen, según las necesidades,
de madera, escayola o. metal, o también de cartón encolado, a una escala manejable,
o, finalmente, una reproducción en tamaño natural.
3. Modelos de ensayo, para resolver determinadas cuestiones por via experimental.
Se realizan en escala reducida o ampliada con respecto al tamaño real.
Los ensayos constituyen a menudo el único camino para esclarecer determinados
problemas constructivos.
Por lo común, absorben más tiempo y medios de los que en
principio se presupone.
Relativamente sencillos con los ensayos de recepción (para comprooar el funcionamiento) y las pruebas de larga duración (pruebas de servicio), que pueden efectuarse
a continuación del proceso de construcción y que, en lo esencial, comprueban sólo la
función y la eficacia.
También son de citar los ensayos de resistencia usuales, sobre probetas o modelos, verificados en máquinas de ensayo, por ejemplo, los ensayos de mate-
riales, los experimentos en canales aerodinámicos, etc.
Mucho más caros y prolongados que los anteriores resultan los ensayos cuando
requieren previamente el desarrollo de instalaciones de ensayo y de dispositivos de
medida, y más aún si no bastan las pruebas aisladas y ha de ser variada y determinada
cuantitativamente la influencia de varias magnitudes en largas y penosas experiencias
en serie.
Por ello hay que ser muy circunspecto en aquellos requisitos que han de ponerse
en claro con mediciones v limitarse a lo estrictamente necesario.
De singular importancia para el constructor son las mediciones en funcionamiento
sobre instalaciones va realizadas, a fin de obtener valores de partida efectivamente
correctos para sus cálculos, por ejemplo, medidas de potencia, momento de giro, fuerza
y dilatación, a fin de llegar a conocer las potencias realmente necesarias y de las fuerzas
que de hecho se ponen de manifiesto o bien de los esfuerzos a que están sometidos los
diferentes órganos. En el resultado de cada medición han de indicarse tan detallada-
mente como sea posible las condiciones de funcionamiento en las cuales se efectuó
la medida.
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